En nuestra vida cotidiana nos vemos enfrentados a muchos textos de diferentes características, según sean las actividades en las que interactuemos y los objetivos de nuestros intercambios lingüísticos. Cuando queremos informarnos sobre algo o queremos entregar alguna información, lo hacemos por medio del texto expositivo.
El texto expositivo tiene como finalidad entregar una información verdadera y clara a un interlocutor que no conoce el tema. Por medio de él se establece una relación asimétrica entre emisor y receptor. Utiliza diferentes recursos textuales e integra otros textos, como el narrativo y el descriptivo.
El texto expositivo tiene por finalidad presentar una información o un conjunto de datos confiables a un receptor que desea conocer dicha información.
El texto expositivo, también llamado informativo, se caracteriza porque predomina en él la función referencial del lenguaje y por organizarse a partir de una información o un conjunto de datos que el emisor desea dar a conocer al receptor o lector del texto. Estos datos pueden ser obtenidos por medio de la observación y la experiencia directa o mediante la búsqueda en fuentes apropiadas. Lo importante es que la información que se entrega en el texto expositivo sea confiable tanto para el receptor como para el emisor del mismo. La información que entrega el texto expostivo puede ser de distinto tipo y estar relacionada con diferentes ámbitos: el científico, el técnico, el especializado, el de la vida cotidiana, el de la experiencia, entre otros. Por ejemplo, el texto de la lira popular se inserta en el ámbito especializado de la literatura.
Debido a que la finalidad del texto expositivo es presentar una información confiable a un receptor que desea conocer esa información, es necesario que quien elabora el texto tenga un conocimiento sobre el tema y que el receptor tenga un “vacío informativo” que pueda llenar por medio de la información que el texto le entrega. Por esto, la relación que se establece entre los participantes es asimétrica, ya que uno de ellos tiene un estatus mayor por el hecho de que posee el conocimiento y el otro no.
El texto expositivo hace uso de diferentes recursos textuales para lograr su objetivo de transmitir información. Cada uno de estos recursos tiene funciones específicas dentro de la complejidad del texto explicativo.
Recurso | Función |
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Definición | Permite delimitar el tema, problema u objeto del texto explicativo y adjudicarle características y rasgos que permitan que el lector comprenda de qué se trata el texto. |
Reformulación | Permite expresar de manera más clara algo ya presentado, de modo que pueda ser fácilmente comprendido por el receptor. |
Ejemplificación | Permite concretar alguna información por medio de casos, datos, dichos, problemas reales o historias. |
Citación | Permite incluir y hacer referencia a voces de otros más expertos en el tema o relacionados directamente con él. |
Además de hacer uso de estos recursos que le son propios, el texto expositivo integra otros tipos de textos que le permiten alcanzar su finalidad informativa; por ejemplo, el texto narrativo y el texto descriptivo. El primero se relaciona tanto con la presentación de historias que puedan ejemplificar un tema, como viste más arriba, como con el uso de la narración para explicar el objeto; por ejemplo, el uso de diferentes historias para explicar el trabajo de Banksy y su postura sobre el arte. El texto descriptivo también es muy importante, porque permite caracterizar el tema u objeto tratado, ya sea por medio de la definición o por descripciones propiamente tales.
Orden del texto expositivo
Si hablamos de un hecho, lo más apropiado será un orden cronológico. En cambio, si se trata de un fenómeno natural, el orden puede ser inductivo (como los pasos de un experimento de laboratorio), o deductivo (como la demostración de las conclusiones de ese mismo experimento). El orden inductivo parte de los casos particulares para llegar a una afirmación general. En cambio, el orden deductivo supone que el texto comienza con lo más general para llegar a lo más particular: por ejemplo, la definición del concepto de realismo para luego presentar aspectos más específicos, como su origen.
Circulación del texto expositivo
Según el tipo de público al que va dirigido, un texto expositivo presenta dos modalidades: divulgativa o especializada. El texto expositivo divulgativo es de fácil comprensión para el receptor común, ya que está dirigido a un público amplio. El tema del que trata es de interés general y se presenta de manera clara y objetiva, con términos precisos y fáciles de comprender. Los textos “El Realismo” y “Vivir en la sociedad de la información” corresponden a textos divulgativos que cumplen con las características descritas.
Por su parte, el texto expositivo especializado está dirigido a un público conocedor de una disciplina científica o técnica. Su finalidad es transmitir los conocimientos científicos dentro de un grupo de hablantes que participa de una misma actividad. Muchas veces puede utilizar el vocabulario especializado de la disciplina de que se trata.
La secuencia descriptiva
La noción de secuencia se refiere a segmentos textuales con distintas finalidades que cualquier texto puede presentar. Por su parte, la noción de secuencia descriptiva corresponde a un pasaje dentro de un texto mayor en el que se presentan características o aspectos de un objeto, por medio del uso predominante de adjetivos, sustantivos y verbos como estar, ser, parecer o constituir. Esta clase de secuencia puede aparecer en cualquier tipo de texto, sin embargo, en el expositivo es muy importante, ya que permite dar a conocer los fenómenos o cosas de las que trata el discurso. Por ejemplo, si no conoces lo que es un cimborrio, una descripción podría darte luces de sus características: cúpula o bóveda semiesférica que cubre el edificio o parte de él.
En el texto expositivo, la secuencia descriptiva es un recurso muy importante para alcanzar el objetivo de la exposición. Es utilizada para señalar la naturaleza del objeto tratado, sus partes y finalidad, para informar sobre el funcionamiento de aparatos o procedimientos, para dar cuenta de estados o procesos, entre otras funciones. De este modo, podemos comprender que los dos últimos textos leídos utilizan la secuencia descriptiva, para dar cuenta de las características de dos momentos históricos más o menos determinados.
Toda descripción se realiza según una perspectiva o punto de vista determinado, el que puede ir de lo más objetivo a lo más subjetivo. Al mismo tiempo, la descripción se ve condicionada por el contexto en el que aparece la comunicación: la relación entre los interlocutores o el conocimiento que se comparte en torno al tema, entre otros.
En el texto expositivo, las secuencias descriptivas se caracterizan por:
- Responder a las preguntas: ¿qué es?, ¿cómo es?, ¿qué partes tiene?, ¿para qué sirve?, ¿qué hace?, ¿cómo se comporta?, ¿a qué se parece?
- Utilizar un léxico preciso y específico.
- Ser enumerativas, es decir, presentar una serie de características acerca de lo que quiere describirse.
- Ser claras, ya que el texto expositivo procura ser objetivo; por ello se evitan las ambigüedades y se intenta ser lo más exacto posible con la descripción.
- Evitar los juicios de valor sobre el objeto. Esto quiere decir que se intenta no caracterizarlo con adjetivos como “bueno”, “mejor”, “hermoso”, entre otros.
- Recurrir al tiempo presente del modo indicativo en los verbos utilizados para realizar la descripción, ya que estos dan un carácter más atemporal, por lo tanto, válido, a la descripción.
Si bien el texto expositivo tiende a la objetividad y a la neutralidad, estas no son absolutas, por lo que es posible que, en una descripción, su emisor utilice términos valorativos (“bueno”, “mejor”) al momento de señalar los rasgos de su objeto.