La comunicación no verbal está construida sobre una infinidad de códigos. Algunos son compartidos por un grupo reducido de personas (hay hogares en los que la posición de los objetos es significativa) y hay otros que domina la gran mayoría de la población. Algunos son los siguientes:
a) El código kinésico (cinésico o quinésico)
Al igual que kinesiología, cinemática, cinematógrafo, cinema, esta palabra se construye con una raíz griega que significa “movimiento”. Comprende los gestos, los movimientos corporales, los de las extremidades, las manos, la cabeza, los pies y las piernas, las expresiones faciales (sonrisas), la conducta de los ojos (parpadeo, dirección y duración de la mirada y dilatación de la pupila), y también la postura.
El gesto es el movimiento corporal propio de las articulaciones, principalmente de los movimientos corporales realizados con las manos, brazos y cabeza. Se debe diferenciar el gesto de la gesticulación. Ésta última es un movimiento anárquico, artificioso e inexpresivo. Hay cinco tipos de gestos:
Gestos emblemáticos o emblemas
Señales emitidas intencionalmente. Su significado es específico y muy claro, ya que el gesto representa una palabra o conjunto de palabras bien conocidas. Por lo tanto, son gestos traducibles directamente en palabras.
- Agitar la mano en señal de despedida.
- Sacar el pulgar hacia arriba indicando aprobación.
- Fruncir la nariz puede querer decir «Estoy disgustado» o «¡Puf!».
Gestos ilustrativos o ilustradores
Se producen durante la comunicación verbal. Sirven para ilustrar y complementar lo que se está diciendo. Son gestos conscientes que varían en gran medida en función de la cultura. Pueden ser movimientos que acentúen o enfaticen una palabra o una frase, esbocen una vía de pensamiento, señalen objetos presentes, describan una relación espacial o el ritmo de un acontecimiento, tracen un cuadro del referente o representen una acción corporal.
Gestos patógrafos
Reflejan el estado emotivo de la persona. A través de este tipo de gestos se expresan la ansiedad o tensión del momento, muecas de dolor, triunfo y alegría, etc. Normalmente son índices sólo informativos que el receptor es capaz de interpretar; otras veces hay intención comunicativa de parte del emisor.
Gestos reguladores
Movimientos producidos por quien habla o por quien escucha, con la finalidad de regular las intervenciones en la interacción. Son signos para tomar el relevo en la conversación, que tienen también un importante papel al inicio o finalización de la interacción (por ej.: darse la mano en el saludo o la despedida).
Los gestos reguladores más frecuentes son las indicaciones de cabeza y la mirada fija. Las inclinaciones rápidas de cabeza llevan el mensaje de apresurarse y acabar de hablar, mientras que las lentas piden que el interlocutor continúe e indican al oyente que le parece interesante y le gusta lo que se está diciendo.
Gestos de adaptación
Utilizados para manejar emociones que no queremos expresar. Se utilizan cuando nuestro estado de ánimo es incompatible con la situación interaccional particular, de forma que no podemos expresar nuestras emociones reales directamente con la intensidad con la que realmente las sentimos. Ante esta situación se produce una situación incómoda, que necesitamos controlar, y es cuando aparece el gesto como una forma de adaptarnos a esa situación.
Gestos de este tipo son pasarse los dedos por el cuello de la camisa cuando nos sentimos ahogados por la tensión de la situación, o cepillamos el pelo cuando nos sentimos nerviosos.
b) El código proxémico
Corresponde a la utilización del espacio social y personal y la percepción que se tiene de éste.
Se refiere al amplio conjunto de comportamientos no verbales, relacionados con la utilización y estructuración del espacio inmediato de la persona. Todo individuo se desplaza dentro de una «burbuja privada» que representa el espacio que ha de separarle de los otros para hacerle sentir seguro.
Los diferentes estudios acerca del control del espacio que nos rodea, han entregado ciertas mediciones de las distancias en que permitimos el ingreso de otras personas a nuestro ámbito. Sin embargo, éstas pueden variar de cultura en cultura. De manera general, podemos presentar la siguiente subdivisión:
Zona íntima (15 – 45cm)
El acceso a esta zona está reservado a personas muy vinculadas al individuo. Existe también una zona sub-íntima (0 – 15cm), también denominada zona de contacto, donde la comunicación no se da sólo mediante la palabra, sino también mediante el tacto, el olor, la temperatura del cuerpo, etc.
Zona personal (46 – 122cm)
En esta zona podrán entrar todas las personas que se hayan ganado la confianza del individuo. Está limitada por la extensión del brazo: el dominio físico.
Zona social (122 – 360cm)
El área social está reservada a personas que el individuo no conoce o conoce muy poco. Por ejemplo, los escritorios de personas importantes suelen ser lo bastante anchos como para mantener esta distancia.
Zona pública (más de 360cm)
Es idónea para pronunciar discursos o en algunas formas muy rígidas y formales de conversación. Mediante la disminución o ampliación de las distancias, se puede entender la aprobación o desaprobación que el individuo mantiene con los otros.
Ciertos estudios indican que las distancias demasiado cortas que se dan de forma inadecuada para una relación interpersonal, pueden provocar actitudes negativas cuando la relación con el individuo no es íntima. Esto se rompe en aquellas situaciones en las que la cercanía se hace forzosa y es convencionalmente aceptada, como los ascensores y los buses.
c) El código icónico
Es el conjunto de los códigos que se valen de la imagen bidimensional. Los códigos icónicos se complementan con el lenguaje verbal escrito. Lo normal es que los textos escritos tengan ilustraciones y, a la inversa, una ilustración sea explicada por un texto.
Ha sido estudiado sobre todo en el ámbito de la publicidad, la educación y el periodismo, ya que estos profesionales saben que a veces “una imagen vale más que mil palabras” al momento de persuadir o informar. Esto se debe a su capacidad de concentrar información.
El lenguaje icónico es muy habitual en varios ámbitos, como las señales urbanas (letreros), medios de comunicación escrita (diarios y revistas), computación (los sistemas operativos del tipo Windows basan su interfaz en este código), arte (pintura, cómic, fotografía), cartografía (mapas, planos), publicidad (afiches, catálogos), infografía (ilustraciones informativas de textos de estudio, diarios, revistas) y gráficos (organigramas, esquemas).