Las funciones de la literatura son: Función estética: De manera primordial, la obra literaria busca originar, promover la belleza (considerando que este concepto es variable en cada época). Por ejemplo,...
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Funciones de la literatura
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Funciones de la literatura

Las funciones de la literatura son:

  • Función estética: De manera primordial, la obra literaria busca originar, promover la belleza (considerando que este concepto es variable en cada época). Por ejemplo, durante la época barroca latinoamericana nos encontramos con el siguiente poema:
    “En perseguirme Mundo, ¿qué
    interesas?
    ¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
    poner bellezas en mi entendimiento
    y no entendimiento en las bellezas?
    Yo no estimo tesoros ni riquezas;
    y así, siempre me causa más contento
    poner riqueza en mi pensamiento
    que mi pensamiento en las riquezas.”

    Sor Juana Inés de la Cruz, Quéjase de la suerte. (fragmento).

  • Función didáctico – moral: La obra literaria intenta dar una enseñanza moral. Trata de regular los valores y las costumbres de las personas. Esta función ha tenido más preponderancia en algunas épocas, tales como, la Edad Media y el Neoclasicismo. Las fábulas, por ejemplo, tienen una enseñanza o moraleja. A continuación transcribiremos una fábula, cuya moraleja dice relación con la manía humana de ver los defectos en los demás y no reconocer los propios:
    “En una alforja al hombro
    llevo los vicios;
    los ajenos, delante;
    detrás, los míos.
    Esto hacen todos:
    así ven los ajenos,
    mas no los propios.”

    Félix María de Samaniego, La Alforja.

  • Función cognoscitiva: La obra literaria intenta entregar conocimiento de la realidad en que se sitúa.
    “Lector, ¿has vivido en provincia?
    Allí cesan la agitación y los cuidados con que en las grandes poblaciones la dura
    necesidad nos espolea; más plácido es allí el aire que se respira, más barata la comida
    que se coloca bajo el diente, más sencillos los amores de los jóvenes y más
    francamente viejas las señoras que pasan de los cincuenta. En el orden moral casi todo
    es pequeño, modesto y apacible; el veneno de la civilización se infiltra con gran
    dificultad entre las buenas gentes que allí moran, y sus sabrosas conversaciones, a
    tener las cualidades del vino serían impagables, pues casi siempre son añejas.”

    Alberto Blest Gana, La aritmética en el amor (fragmento).

  • Función de crítica social: La obra literaria aborda también la «cuestión social» y los problemas éticos del medio histórico en que se desarrolla. Tendencias como el realismo, el naturalismo, el indigenismo (en Hispanoamérica) y el realismo socialista son ejemplos claros de la muestra de la crítica de la realidad social, de los problemas indígenas y de la clase obrera.En la lírica también ha sido muy utilizada esta función, ya que a través de la poesía se puede llamar la atención sobre temas contingentes. Ejemplo:
    “A la Gente Pobre se le comunica
    Que hay Cebollas para Ella en la Municipalidad de Santiago.
    Las Cebollas se ven asomadas a unas ventanas
    Desde el patio de la I. Municipalidad de Santiago.
    Tras las ventanas del tercer piso se divisan
    Unas guaguas en sus cunas y por las que están un poco más abajo
    Se ve algo de las Cebollas para la Gente Pobre.”

    Rodrigo Lira, Comunicado (fragmento).

  • Función de entretención: En general esta función se asocia a la literatura popular o
    de masas (novela policial, novela rosa, etc.), la que tiende a poner énfasis en el
    desarrollo de las acciones.

    “Jacques Sauniére, el renombrado conservador, avanzaba tambaleándose bajo la
    bóveda de la Gran Galería del Museo. Arrematió contra la primera pintura que vio, un
    Caravaggio. Agarrando el marco dorado, aquel hombre de setenta y seis años tiró de
    la obra de arte hasta que la arrancó de la pared y se desplomó, cayendo boca arriba
    con el lienzo encima.
    Tal como lo había previsto, cerca se oyó el chasquido de una reja de hierro que, al
    cerrarse, bloqueaba el acceso a la sala. El suelo de madera tembló. Lejos, se disparó
    una alarma.
    El conservador se quedó ahí tendido un momento, jadeando, evaluando la situación.
    «Todavía estoy vivo.» Se dio la vuelta, se desembarazó del lienzo y buscó con la
    mirada algún sitio donde esconderse en aquel espacio cavernoso.”

    Dan Brown, El código Da Vinci (fragmento).