La función fática o de contacto se refiere al canal, y se identifica cuando la comunicación se centra en establecer, cerrar o verificar la calidad del contacto entre los interlocutores:
Aló, aló, ¿me escuchas?
Se destaca en las fórmulas ritualizadas que son propias del saludo y la despedida. También en enunciados apelativos del tipo “no te escucho, habla más fuerte por favor” o en interjecciones carentes de significado temático, pero eficaces para dar a entender que se mantiene abierto el canal: “sí, sí, claro, mmmh, OK…”