Como ya hemos afirmado una lengua es un organismo vivo que, por lo mismo, evoluciona y se modifica. Y esos cambios afectan tanto a los significantes de las palabras (cambios fonéticos) como a sus significados. Éstos últimos son los que conocemos como cambios semánticos.
Los mecanismos de los cambios semánticos
Los mecanismos que permiten modificar el significado de una palabra son de tres tipos:
a) La ampliación significativa. Se produce cuando un término concreto adquiere un significado más general. Así ocurre, por ejemplo, cuando el lenguaje común adopta términos de los lenguajes especializados o con palabras que en origen designaban una marca concreta y hoy tienen una referencia general. Ej.: chupa-chup, primero marca específica y hoy cualquier caramelo de forma esférica con un palito como mango.
b) La restricción significativa. Se produce cuando un término reduce o especializa su significado. Ej.: lidiar, que hoy se utiliza preferentemente con el significado de torear, o tensión, cuando se utiliza en el ámbito de la física.
c) La traslación del significado. Se produce cuando una palabra se utiliza en lugar de otra con la que se le encuentra alguna relación de semejanza o de proximidad en el significado. Los procedimientos de modificación del significado más importantes son:
- La metáfora. Opera por sustitución: se aplica a un referente el nombre de otro porque se ve entre ambos una relación de semejanza real o figurada. Ej.: los dientes de una sierra resultan semejantes a una cadena montañosa; el ojo de una aguja o de un puente….
- La metonimia. Se identifican dos términos entre los que se establece una relación por la contigüidad (proximidad) de sus referentes Ej.: Los pies de la cama se llaman así por la proximidad de esa parte de la cama a los pies del individuo acostado. Las relaciones metonímicas son muy diversas. Encontramos, el lugar para designar productos, instituciones o acontecimientos: La Casa Blanca emitirá un comunicado; el contenido por el continente: tomarse una copa; el autor por la obra: Leo a Cervantes; el símbolo por lo representado: traicionar la bandera; el objeto para el usuario: el espada recibió una ovación; la materia por el objeto: ha desafinado el metal… Cuando la metonimia designa la parte por el todo o el todo por la parte se llama sinécdoque: No había un alma.
Las causas de los cambios semánticos
Aunque pueden ser muy variadas, de manera general podrían clasificarse en:
a) Causas lingüísticas
Razones fonéticas, morfológicas y sintácticas pueden ser el origen de algunos cambios semánticos. Entre ellas podemos citar:
- La etimología popular. Consiste en la creación de una palabra por errónea asociación de significantes parecidos. Así ocurre con vagamundo* en lugar de vagabundo (por falsa relación con mundo) o destornillarse* por desternillarse (por falsa relación con tornillo)…
- La elipsis. Consiste en la supresión de algunos de los términos que constituyen una expresión compleja de tal manera que la palabra que permanece adquiere el significado de las otras. Esto es por ejemplo lo que ha ocurrido con la palabra colonia (elipsis de agua de Colonia), vapor (barco de vapor) o diario (periódico diario), un cortado (elipsis de café cortado)…
b) Causas extralingüísticas
Son de diverso tipo y, de manera general las podemos dividir en:
- Históricas. Evidentemente el paso del tiempo y los cambios de la realidad o de nuestro conocimiento de la misma, los descubrimientos científicos… obligan a crear nuevas palabras o a modificar el significado de algunas que ya existían. Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la palabra azafata, antiguamente criada de la reina, que hoy ha pasado a designar a la persona encargada de atender al público en viajes o congresos. Lo mismo ha ocurrido con la palabra retrete que era un lugar destinado a retirarse, o con la palabra pluma…
- Psicológicas o socioculturales. Hay factores subjetivos o de índole sociocultural que tienden a forzar el cambio semántico de las palabras. Muchos se derivan de los tabúes que son palabras que designan a aquello a lo que se teme o a lo que no se considera apropiado mencionar. Así por ejemplo, los judíos evitan el nombre de Dios y lo sustituyen por Señor. En otro orden de cosas, los campesinos evitan la palabra comadreja por las supersticiones que se asocian a ella. También lo relativo a lo sexual y a las necesidades fisiológicas así como a las realidades impopulares que se derivan de la actividad política o económica, generan innumerables tabúes. En lugar de éstos se utilizan eufemismos palabras que por carecer de connotaciones negativas resultan más aceptables para los hablantes: letrina > retrete > water > lavabo > servicio > baño. Se prefiere dar a luz a parir y desempleado a parado; moreno o de color a negro….