Los actos de habla son enunciados que constituyen acciones. Corresponden al lenguaje en uso, al lenguaje en la práctica, en la situación comunicativa concreta. Cuando hablamos no sólo decimos palabras, sino que también realizamos ciertas acciones: describimos, invitamos, aconsejamos, saludamos, felicitamos, discutimos, etc., es decir, hacemos cosas con palabras. No sólo importa lo que decimos, sino cómo lo hacemos y con qué intención.
Desde esta perspectiva, el hablante cuando participa de un proceso comunicativo desencadena tres actos de comunicación:
Acto | Aspecto de la acción |
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Acto locutivo | Corresponde al contenido del enunciado, es decir, al significado de lo dicho. Es la información que entrega el enunciado. Por ejemplo, al decir “préstame tu lápiz”, el acto locutivo corresponde a los significados de las palabras que componen el enunciado. (El simple acto de decir algo) |
Acto ilocutivo | Hace referencia a la intención del emisor y la acción realizada por medio del enunciado, por ejemplo ordenar, pedir y dar disculpas, aconsejar, reprender, entre otros. Es la parte de la acción efectuada por el hablante por medio de su enunciado. En el ejemplo anterior, lo que el emisor hace es una petición: pedir el lápiz. (El objetivo, finalidad o intención de lo dicho.) |
Acto perlocutivo | Es el efecto que el acto ilocutivo produce en el mundo, la consecuencia que tiene sobre quien lo recibe. Este acto perlocutivo puede ser más o menos activo: por ejemplo, si un sacerdote bendice a una persona el acto perlocutivo es estar bendito, lo que no implica ninguna acción por parte del receptor. En cambio, si el acto ilocutivo es una petición, el acto perlocutivo será el cumplimiento de esa petición. En los ejemplos anteriores, prestar el lápiz. (Los efectos de lo dicho en el oyente.) |
El acto ilocutivo puede corresponderse con el acto perlocutivo, en ese caso la comunicación, el acto de habla, es “feliz”, pues los objetivos de la comunicación se han cumplido, por ejemplo:
Daniela: (a su amigo) ¿Hace cuánto que no vamos al cine? (deseando ser invitada). Enrique: No sé…mmmm…. ¿vamos el sábado? Daniela: ¡Súper…! ¡Qué entretenido!
Cómo podrá entenderse fácilmente, en ocasiones la comunicación se frustra, a la pregunta de Daniela se pudo haber respondido:
Enrique: No sé…mmmmm… ¿Hace un mes o más?, ¡qué importa!
Por otra parte, los actos de habla pueden ser clasificados en base a como son utilizados por los respectivos emisores, dentro de este grupo se encuentran, los actos de habla directos e indirectos.
Actos de habla directos
Cuando se entiende claramente la intención del emisor. Por ejemplo, si un señor le pide a un muchacho:
“Cómprame el diario”
Este es un acto de habla directo porque queda claramente expresado que es una orden.
Actos de habla indirectos
Cuando no se expresa claramente la intención del emisor. Si el mismo señor le dice al muchacho:
“Necesito revisar los avisos clasificados del diario”
Este es un acto de habla indirecto, pues no está diciendo claramente la orden o la petición, pero el otro debe “darse por aludido” y facilitar el diario. En este caso, se realizó una indirecta, que dentro del contexto se puede entender, pero que en estricto rigor no es una orden clara, porque la intención verdadera es hacer que el otro facilite el diario.
Si se pide la realización de una acción determinada, la forma más directa es el uso del imperativo, por ejemplo, “Apaga la luz”, pero este enunciado puede resultar descortés o producir incomodidad, tanto en el hablante como en el receptor. De allí que prefiramos utilizar formas indirectas que se podrían manifestar con enunciados tales como:
Se estaría mejor con la luz apagada. Estás desaprovechando energía...
Los actos de habla son concretos, por tanto, están en el plano del habla cotidiana. Responden a las situaciones del contexto, por eso serán distintos según el grado de formalidad y la norma que se use. La norma, como ya sabemos, corresponde al grado de educación de las personas. Según las situaciones concretas que a las personas les toque vivir, serán más o menos formales. Claramente es una situación distinta si alguien habla con su jefe o habla con amigos. En el primer caso, sus actos de habla serán de un mayor grado de formalidad y, si es una persona de un nivel culto, tratará de hablar conforme a ese nivel. En el segundo caso, si es una persona culta, seguirá en ese registro, pero su grado de formalidad será distinto. Habrá más cercanía y el trato será de igual a igual.
Clasificación de los Actos de Habla
Los actos de habla, además, pueden clasificarse de acuerdo al tipo de acción que se lleva a cabo por medio de ellos. Esta acción se manifiesta fundamentalmente en la forma verbal de los enunciados que producimos. De esta manera, podemos decir que existen cinco tipos de actos de habla:
1. Asertivos
El hablante afirma algo sobre el mundo, es decir, elabora un contenido referencial que representa cosas o estados de cosas del mundo. Por ejemplo:
"Hoy está nublado". "El precio del dólar bajo".
2. Compromisorios
Por medio de estos actos el hablante se compromete a realizar una acción en el futuro. Por ejemplo:
"Prometo que iré a tu casa".
3. Directivos
Actos que buscan dirigir al oyente o comprometerlo en una acción, haciendo que actúe según los deseos del hablante. Por ejemplo:
"Trae el frasco de vitamina d que esta en el mostrador".
4. Declarativos
Actos que crean un nuevo estado de cosas en el mundo por medio de la palabra, por ejemplo, cuando los sacerdotes bendicen o casan a dos personas y cuando los jueces sentencian. Requiere un cierto nivel de autoridad por parte de quien los emite. Por ejemplo, si un profesor dice al expulsar a un estudiante:
"Estás suspendido de la clase".
5. Expresivos
Por medio de estos actos el hablante manifiesta sus sentimientos y actitudes frente a situaciones del mundo externo. Por ejemplo:
"Te felicito por tu triunfo".
A partir de esta clasificación, cualquier enunciado puede ser categorizado como un acto de habla particular que está llevando a cabo una acción en la interacción comunicativa.