El lenguaje verbal es el código que usamos cuando nos comunicamos con palabras. Sus características esenciales son:
- Es un código de comunicación, pero también –y principalmente- es un sistema de configuración mental de la realidad.
- En sentido amplio es simbólico (pues sirve para representar una cosa por otra).
- Es social, vale decir, la relación entre el significado, el significante y la referencia, es resultado de una convención (acuerdo) social del cual nos hacemos partícipes mediante el proceso de aprendizaje de una lengua, de modo tal que, al educarnos según patrones culturales en un idioma, aprendemos que cierta secuencia de sonidos tiene un significado y representa una determinada referencia.
Algunos signos, sin embargo, aparentemente no han sido siempre simbólicos, sino que en sus orígenes fueron icónicos (como las onomatopeyas: tic-tac, guau, chirrido, zumbido, mugido, bisbiseo…) o índices (algunas interjecciones: ja, buh, ah, oh, ay…).
- Es fónico. Se emiten sonidos vocálicos que se perciben auditivamente. La posibilidad de escribirlo es una ventaja adicional que han aprendido a dominar muchos pueblos y personas, pero no hay que olvidar que las culturas prehistóricas y los individuos analfabetos tienen también lenguaje verbal, aunque no lo escriban.
- En realidad, el lenguaje verbal puede ser traducido de modo tal que sus signos sean transmisibles por otros canales, aparte del acústico. Por ejemplo, a través del canal visual están el lenguaje de señas para sordomudos, los jeroglíficos egipcios, los ideogramas chinos y, fundamentalmente, los alfabetos.
- A partir de los sistemas alfabéticos, se han inventado otras “traducciones”, esta vez de sonidos o letras, como en el caso del sistema Braille (código táctil para ciegos), el código Morse (para transmisión eléctrica, luminosa y acústica a grandes distancias), la taquigrafía, los códigos de banderas, etc.
- Es doblemente articulado y económico. Todos los códigos de comunicación tienen signos con significado y significante. El código verbal, además, analiza el significante en unidades sonoras menores (nosotros les decimos “letras”). Con unas cuantas de estas unidades sonoras (en el español de Chile son 22) podemos construir un infinito número de significantes.
- Así llegamos al concepto de economía. Si los cuervos usan 400 signos, tienen 400 significantes distintos entre sí. Nosotros, en cambio, tenemos apenas dos decenas de unidades con las que podemos construir no 400, sino infinitos signos, que a su vez se combinan entre sí.
- Es lineal, como consecuencia de su carácter oral y articulado. No se pueden pronunciar simultáneamente dos letras: hay que unirlas en una cadena temporal. Por lo tanto, mientras más complejo sea el referente, más extenso será el mensaje, a diferencia de una fotografía, por ejemplo, en la que dos mensajes de muy distinta complejidad pueden ocupar el mismo espacio.
- Cualquier mensaje en cualquier código puede teóricamente ser “traducido” al lenguaje verbal. Esta capacidad se conoce como “omnipotencia semántica del lenguaje”.